martes, 26 de julio de 2011

Pieza del puzzle número 1

Bueno, es el momento de enfrentarse al temido folio en blanco, os voy a mostrar la primera pieza del puzzle,  y aun no sé muy bien de que os voy a hablar. No es porque no tenga nada preparado, de hecho tengo varias terminadas pero… Es la primera pieza, debería hablar de algo especial, así que me lo voy a tomar al pie de la letra.

Siempre digo que hay dos tipos de palabras, las que tienen una definición sólida y hasta cierto punto innegable, y las que varían para cada individuo. Nadie va a poner en duda que una silla es un asiento con respaldo por lo general de cuatro patas que sirve para sentarse. Pero habrá mucha gente que discuta acerca del significado de la felicidad, de la vida, de la moral, de la tristeza, de la lógica… Son palabras que todos usamos pero cada uno tiene una imagen de ellas.

Sobre este tipo de palabras son sobre las que quiero hablar durante el transcurso del blog, no para daros una definición correcta, puesto que están expuestas a la subjetividad, si no para daros mi opinión sobre ellas, para divagar sobre sus significados.

Creo que a la palabra “especial” le pasa algo parecido. Ser especial significa alejarse de lo común, ser diferente, particular. Cuando pienso en ello me surge un problema que no se haya en la palabra en cuestión, si no en una que aparece en la definición. La palabra común, si hablamos de personas, ¿Qué es una persona común? ¿Alguien se puede considerar normal? ¿Cómo tiene que ser una persona para ser especial, para sentirse diferente?

Creo que la solución a este paradigma está en la sociedad, en los grupos, en el entorno. Es muy improbable que dos individuos tengan la misma personalidad, los mismos valores, los mismos parámetros que determinan si algo está bien o está mal; pero más difícil es si ambos individuos no pertenecen al mismo grupo.

Desde que nacemos estamos condicionados por nuestro entorno, todo es relativo, cada cultura, cada religión, cada etnia, cada familia tienes sus propios valores, que en muchas ocasiones se alejan una barbaridad. 

Encontramos claros ejemplos en la opinión que las religiones tienen de la moralidad o de la sexualidad. La poligamia se practicó desde los inicios del Hinduismo mientras que el Catolicismo la condena en su catecismo. ¿Son los hindúes o los católicos especiales? ¿Qué es lo normal?

Pues simplemente tienen diferentes puntos de vista, al igual que las personas. Cada uno de nosotros tiene un punto de vista diferente, que se aproxima al de más gente, según éstos, nos agrupamos con gente que tenga unos ideales semejantes y encontramos la aceptación de un grupo. Dentro de ese grupo las personas que se alejen de sus valores comunes serán consideradas diferentes o raras. Pero en otros grupos encajarían a la perfección.

Con esto quiero decir que en las personas no hay nadie “especial” ni “común”, que en la definición de persona, ya está incluido el que no hay dos iguales. Habrá individuos que acerquen más sus puntos de vista y otros que menos, pero nadie tiene los mismos. Así que todos y cada uno de nosotros podemos decir que somos especiales.





1 comentario:

  1. Hola, bueno para empezar te tengo que decir que me gusta tu blog, me parece que es muy personal y que escribes realmente bien. Y bueno también decirte que gracias por pasarte por mi blog (http://unaaficionadaavertesonreir.blogspot.com/) Y dejarme ese comentario, me hacia falta leer algo así. Muchísimas gracias

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